La nueva institución está en funcionamiento y tiene el objetivo de centralizar los procesos necesarios para obtener permisos de construcción, reduciendo tiempos sin comprometer la rigurosidad técnica.
“La seguridad de las personas, el cuidado de los recursos naturales, la protección del patrimonio cultural y la inclusión en la movilidad siguen siendo requisitos ineludibles para obtener los permisos», Licda. Paola Bardi de Acosta, Directora Ejecutiva de la DOT.
La Dirección de Ordenamiento Territorial (DOT), adscrita al Ministerio de Gobernación y Desarrollo Territorial, comenzó operaciones oficialmente el 12 de mayo, con una misión clara: convertirse en una ventanilla única que centraliza y agiliza todos los procesos relacionados con la obtención de permisos de construcción en El Salvador. Esta nueva institución surge en respuesta al crecimiento sostenido del sector construcción, que ha mantenido una expansión entre el 6 % y el 8 % en los últimos cinco años, según datos del Banco Central de Reserva (BCR). De hecho, de acuerdo con José Antonio Velásquez, presidente de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco), la inversión en el sector alcanzó los $2,350 millones en 2024, con proyecciones de un mayor crecimiento en 2025.
La directora ejecutiva de la DOT, Paola Bardi, explicó que la entidad nace tras un análisis detallado de cómo, hasta ahora, los permisos estaban dispersos entre distintas instituciones como el Ministerio de Medio Ambiente, ANDA, Obras Públicas, Ministerio de Cultura, Bomberos, entre otras. Esta fragmentación generaba cuellos de botella, duplicidad de trámites y en algunas ocasiones largos períodos de espera.
«Antes un permiso de construcción podía requerir más de 30 visitas técnicas, todas en distintos momentos y sin coordinación. Ahora, con el nuevo modelo, esas visitas se reducen a tres por fase», detalló Bardi.
La institución trabajará bajo dos modalidades: integrada e individual. La modalidad integrada agrupa el proceso completo en tres fases —factibilidad, otorgamiento de permisos y verificación— con una resolución por fase.
Esta nueva forma de operar reduce significativamente los tiempos de espera. Si bien antes un permiso podía tardar hasta 880 días, como lo documentó el informe «Doing Business», del Banco Mundial, en 2019, ahora se espera reducir ese tiempo a unos 200 días. «Nuestra proyección es esa, pero depende también de la complejidad del proyecto.
Hay iniciativas que requieren personal especializado, como ingenieros en energía atómica, y eso incide», aclaró Bardi. Uno de los principios fundamentales de la DOT es que, aunque se agilicen los trámites, se mantiene la rigurosidad técnica. «La seguridad de las personas, el cuidado de los recursos naturales, la protección del patrimonio cultural y la inclusión en la movilidad siguen siendo requisitos ineludibles para obtener los permisos», enfatizó.
La ley que da vida a la DOT establece criterios claros sobre los proyectos que serán competencia de la institución. Solo aquellos mayores o iguales a 250 metros cuadrados serán evaluados por la DOT, mientras que las construcciones menores seguirán siendo tramitadas por las alcaldías. Este parámetro se estableció con base en evidencia: la mayoría de las construcciones menores a ese metraje son de uso habitacional o remodelaciones menores, como ampliaciones o cambios estructurales en viviendas particulares.
Otra de las novedades es el uso de herramientas tecnológicas para facilitar la gestión. La DOT ha desarrollado un sistema digital de permisos de construcción que permitirá una trazabilidad completa del trámite, acceso a documentos históricos, seguimiento de pagos y uso de firma electrónica certificada. Es importante mencionar que todos los trámites que se hacen ante la dirección son completamente digitales, no es necesario acudir a oficinas físicas. La DOT cuenta con el respaldo de gremiales como Casalco, que ven positiva esta apuesta por la eficiencia y la certeza jurídica.
También se prevé que la centralización de los procesos y la mejora de los tiempos de respuesta se conviertan en un factor clave para atraer inversión extranjera, particularmente en un contexto nacional donde la seguridad ha mejorado significativamente en los últimos años. En términos prácticos, los inversionistas ahora tienen la posibilidad de tramitar en un solo lugar todos los permisos que antes requerían consultas múltiples con diferentes instituciones.
Finalmente, Paola Bardi destacó que la creación de la DOT no solo favorece al sector productivo, sino que también tiene un impacto directo en los salvadoreños.
Fuente Diario El Salvador.
Mayo 21, 2025